domingo, 19 de julio de 2009

El anti-fútbol


Por Helios H. Mondragón

Recientemente hemos escuchado hablar mucho sobre el desempeño de la selección mexicana de fútbol, el cual deja mucho que desear para quienes son seguidores fervientes y futboleros de corazón. Es increíble que a pesar de contratar jugadores extranjeros y recibir apoyo con patrocinios de grandes empresas, tengan tan pésimos resultados contra equipos sudamericanos que no son considerados “fuertes” en la cancha. Una encuesta reciente reveló que el fútbol es el deporte de mayor seguimiento y práctica entre los mexicanos, seguido por el Básquet bol y la natación.

No es ninguna sorpresa, de antemano sabemos que el fútbol es el deporte que mueve a los mexicanos y sólo basta con reflexionar sobre el hecho de que en cada casa no falta el familiar que sigue a su equipo favorito en los partidos de fin de semana. Es así que ante esta situación surge una pregunta obligada que tal vez todos nos hemos hecho: ¿por qué un país futbolero no puede destacar en esa disciplina en competencias mundiales? Una de las razones es que los equipos de donde provienen los seleccionados son manejados más por el negocio que por la ambición y el objetivo de ganar. Así mismo, los jugadores se corrompen una vez que llegan a formar parte de la selección y se ocupan más en cuestiones publicitarias que en dejar el alma en el campo de juego.

La verdad es que a estas alturas uno se pone a pensar el por qué sigue habiendo tanta afición al fútbol de este país, puesto que el fútbol mexicano es de los mas mediocres en el mundo entero. De igual forma no se entiende el por qué los peores equipos son los que parecen tener más seguidores.

Aquí cabe mencionar que, aunque no lo crean, en los cincuenta la afición fuerte de México le pertenecía al fútbol americano y al béisbol, es mas, cuando en estos deportes se menciona algo así como los "años maravillosos" es obligatorio remontarse a esas fechas, el problema es que en estos mismos 50s se creo la televisión en México tal y como la conocemos ahora. La televisión fue entablando la diversificación de sus ingresos hacia el control de masas por medio del fútbol, por que ella fue quien decidió que los mexicanos nos hiciéramos futbolistas. Actualmente el fútbol también es el deporte que ocupa más espacios en los medios masivos, ya ni siquiera los juegos panamericanos o centroamericanos se trasmiten en televisión abierta (por no ser rentables para los concesionarios) a pesar que son eventos donde es constante el triunfo por parte de atletas mexicanos.

Al punto que quiero llegar, es que no todo debería de girar en torno al fútbol. Irónicamente, el fútbol de México es el deporte en el que se destinan más recursos y a la vez, es el que destaca menos a nivel mundial. En lo personal, considero que se deberían enfocar todos esos esfuerzos hacia otras disciplinas, no olvidemos que, en México se tiene talento de sobra en otros deportes, pero desgraciadamente no reciben el apoyo suficiente por parte de las autoridades que tienen como misión salvaguardar el talento deportivo. Basta con conocer la historia de aquellos atletas que han honrado a México ganando medallas en las olimpiadas; muchos de ellos, si no es que todos, entrenaban en condiciones deplorables y muchas veces con equipo y aditamentos de tercera mano, a eso hay que sumarle la corrupción e incompetencia por parte de los directivos de las instancias deportivas para realizar su trabajo. ¿Cómo es posible que atletas que no cuentan con los suficientes recursos obtengan mejores resultados que un equipo que posee todas las facilidades?

De verdad es una lástima que el gobierno se fije y se preocupe por los atletas una vez que han ganado medallas. Quizá esta bien el reconocer a los medallistas por medio de un estimulo, pero pienso que es mejor impulsar la creación de espacios y programas de fomento al deporte y ampliar las opciones de disciplinas deportivas. Hoy en día es necesario que los jóvenes estén abiertos a practicar otras disciplinas y no se limiten a lo que ven en los medios ya que; imagínense lo que será de ellos si toman como ídolos a los seudo deportistas del fútbol mexicano.

Indudablemente son muchos los factores que han frenado considerablemente el desarrollo de otras disciplinas en nuestro país, pero afortunadamente hay atletas que gracias a su dedicación y disciplina nos han demostrado que efectivamente ¡Sí se puede…! Atletas como Ana Guevara, Guillermo Pérez, Nancy Contreras, Los Hermanos Salazar, Paola González, Arturo Barrios, Pablo Olmedo, Benjamín Paredes, quienes han puesto en alto el nombre de México a pesar de la indiferencia por parte de las autoridades concernientes en esta materia.

No es mi intención ofender a todos aquellos que gusten del fútbol, sólo que quisiera invitarlos a reflexionar a que ya no pierdan su tiempo en apoyar a un equipo que sólo los decepciona en cada juego y el cual no se le ve la mas mínima intención de mejorar, o peor aún, no tienen la intención de superarse y llegar al mundial con la idea de llegar a las finales.

Es así que quiero manifestar que los mexicanos somos mejores atletas, boxeadores, beisbolistas y maratonistas que futbolistas. Tantos años de desgracias futboleras nos debieron haber enseñado algo, pero no terminamos de entender que el fútbol de México es de los peores y que tendrían que replantearse varios factores para su mejoramiento, pero en fin que TVAPESTA y TEIDIOTISA sigan haciéndose ricos con sus equipos de fútbol.

Los trovadores y la tradición oral




Por Helios Mondragón


Una de las formas en las que se transmitían las historias, testimonios y acontecimientos cotidianos, eran precisamente los cantos. Esta forma de narración era mucho más compleja puesto que poseía una estructura oral acompañada por música

La épica heroica, cuyo ejemplo más conocido en Alemania es el Nibelungenlied, no era en realidad la forma literaria más popular en la era de la Edad Media. Más elegantes, y por esto más atractivos para las mujeres, eran los sofisticados poemas de los ministriles, o trovadores, de los siglos XII y XIII. Ministril deriva del término germánico minna, que significa “remembranza amorosa”.

Influidos por los trovadores de Francia, estos ministriles itinerantes cantaban el hidalgo amor de los caballeros hacia las mujeres casadas que ellos juraban defender con honor y valentía. Como el objeto de su afecto les era inalcanzable, el amor que se celebraba era necesariamente platónico y los deseos que este amor despertaba eran rigurosamente reprimidos. El compositor ejemplar de este género, conocido como “trova sacra”, fue Reinmar von Hageneau, que tuvo su apogeo hacia el año 1190.

En claro contraste con esto estaba la “trova profana”, de Walther von der Vogelweide, de principios del siglo XIII. Él afirmaba que la trova debía alegrar al público por lo que su tema era la consumación del amor y no su sufrimiento. Su canción más famosa se titula “Bajo el tilo del brezal”, en la que juguetona pero discretamente describe una noche apasionada.

Se conservan los poemas de más de 160 ministriles. Con base en ellos los académicos determinaron que estos trovadores no eran animadores espontáneos. Eran más bien artistas profesionales que seguían estrictas normas poéticas para crear coplas que enaltecían y recreaban las convenciones sociales de la era caballeresca.


LOS TROVADORES, ALGO MAS QUE CANCIONES DE AMOR




ESTE ES UN EXELENTE ARTICULO DEL AÑO 1998 QUE HE SOLICITADO PARA PUBLICAR Y COMPARTIR CON USTEDES
CON qué relaciona los términos trovador y juglar vagabundo? Tal vez con canciones de amor cortés y con la caballería. Pues no se equivoca, si bien los trovadores no se limitaron a estos temas. Aun cuando posiblemente se les conozca más por la canso d’amor (canción de amor) y normalmente se les represente con un laúd dando una serenata a una dama, el amor no fue su única preocupación. Se interesaron en muchos de los asuntos sociales, políticos y religiosos de su época. Los trovadores florecieron en los siglos XII y XIII por toda la región que en la actualidad constituye el sur de Francia.

Fueron poetas músicos que escribieron en la más refinada de las lenguas romances vernáculas: la lengua de oc, el idioma común de aproximadamente toda la zona de Francia que queda al sur del río Loira y de las regiones limítrofes de Italia y España. Mucho se ha debatido sobre el origen de la palabra trovador, pero parece ser que se deriva del verbo occitano trobar, que significa “componer, inventar o encontrar”. De modo que el trovador encontraba la palabra o la rima adecuada para su elegante verso. A su poesía se le ponía música y se cantaba. Los trovadores viajaban de ciudad en ciudad, muchas veces acompañados de juglares profesionales, y ejecutaban sus canciones con arpa, viola, flauta, laúd o guitarra.


Las actuaciones musicales solían formar parte de los espectáculos, ya fuera en las casas de los ricos o en los mercados, los torneos, las ferias, los festivales o las fiestas. Distintos antecedentes Los antecedentes de los trovadores eran diversos. Algunos habían nacido en familias ilustres, unos cuantos fueron reyes y los hubo de origen más humilde que se elevaron a la categoría de trovadores. Algunos alcanzaron una posición importante. Muchos eran muy cultos y habían viajado extensamente. A todos se les había formado en las reglas de la galantería, la cortesía, la poesía y la música. Según cierta fuente, se esperaba que el buen trovador “conociera a la perfección las últimas noticias, repitiera todas las tesis de interés que llegaban de las universidades, estuviera bien informado de los chismes de la corte, [...] pudiera componer versos en el acto para el señor o la dama y tocara al menos dos de los instrumentos de moda en la corte”.

Con el auge del comercio que se experimentó en el siglo XII, llegaron muchas riquezas a las regiones del sur de Francia. La prosperidad llevó de la mano el ocio, la educación y los gustos refinados por las artes y una vida de distinción. Los grandes señores y las damas de Languedoc y Provenza eran los clientes más fieles de los trovadores. Los poetas estaban muy bien considerados y llegaron a tener una enorme influencia en los gustos, modas y modales aristocráticos. Se convirtieron en los padres de los bailes de salón europeos. The New Encyclopædia Britannica dice, no obstante, que “su gran logro fue crear alrededor de las damas de la corte un halo de refinamiento y buenos modales sin comparación alguna hasta el presente”. Fomentan el respeto a la mujer Cuando un hombre abre la puerta a una mujer, la ayuda a ponerse el abrigo o realiza por deferencia a ella uno de los muchos actos de cortesía que se han observado durante siglos en Europa occidental, está siguiendo una costumbre que probablemente se originó con los trovadores.


Las actitudes medievales con respecto a la mujer estaban muy influidas por las enseñanzas de la Iglesia, que la consideraba responsable de la caída del hombre en el pecado y de su expulsión del Paraíso. Se la veía como una tentadora, un instrumento del Diablo, un mal necesario. Con frecuencia el matrimonio se conceptuaba como un estado degradado. La legislación eclesiástica permitía que se pegara y se repudiara a las mujeres, lo que contribuía a su humillación y represión. A la mujer se la consideraba inferior al hombre en casi todo sentido. Pero con la llegada de los trovadores comenzó a cambiar la mentalidad masculina. El primer trovador conocido fue Guillermo IX, duque de Aquitania. Su poesía fue la primera en contener los elementos que caracterizaron la singular concepción que los trovadores tenían del amor, que llegó a conocerse por el nombre de amor cortés. Los poetas provenzales mismos lo llamaron verai’amors (amor verdadero) o fin’amors (buen amor). Fue revolucionario en el sentido de que a la mujer ya no se la colocaba en una posición de indigna inferioridad con respecto al hombre. La poesía trovadoresca confirió a la mujer una gran dignidad, honra y respeto.


Ella se convirtió en la encarnación de las cualidades nobles y virtuosas. Algunas canciones lamentaban la fría indiferencia de la dama hacia el bardo que la admiraba. Al menos en teoría, el amor del trovador tenía que permanecer casto. Su objetivo principal no era la posesión de la dama, sino la refinación moral que inspiraba en su interior el amor que sentía por ella. Para llegar a merecerla, el poeta en ciernes se sentía obligado a cultivar la humildad, el autodominio, la paciencia, la lealtad y todas las nobles cualidades que ella poseía. De ese modo, hasta el más ordinario de los hombres podía transformarse gracias al amor. Los trovadores creían que del amor cortés emanaba la refinación social y moral, que los actos corteses y los hechos nobles se originaban en el amor.
El desarrollo de esta idea puso la base de todo un código de conducta que con el tiempo asimilaron las clases bajas de la sociedad. Había comenzado un nuevo modo de vivir que contrastaba con la sociedad feudal, ordinaria y cruel. A partir de entonces, las mujeres esperaban que sus hombres fueran abnegados, considerados y amables, en una palabra: unos caballeros. Al poco tiempo, gran parte de Europa hacía suyo el arte de los trovadores. España y Portugal adoptaron sus temas. En el norte de Francia estaban los troveros; en Alemania, los Minnesänger, y en Italia, los trovatori. El tema trovadoresco del amor cortés, fusionado con los ideales de la caballería, dio origen a una modalidad literaria denominada novela de caballerías. Por ejemplo, combinando el ideal del amor cortés con las leyendas de la Bretaña celta, el trovero Chrétien de Troyes tipificó las virtudes de la generosidad y la protección del débil en los relatos sobre el rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda. Impacto social Aunque muchas de las canciones de los trovadores alababan las virtudes del amor cortés, otras trataban de las cuestiones sociales y políticas de la época. El francés Martin Aurell, autor de la obra La vielle et l’épée (La viola y la espada), dijo que los trovadores ‘participaron activamente en las luchas que dividían a sus contemporáneos, y mediante sus composiciones, hasta contribuyeron al triunfo de uno u otro bando’. En un comentario sobre la singular posición de los trovadores en la sociedad medieval, Robert Sabatier dice: “Jamás había gozado el poeta de tanto prestigio, jamás había existido tanta libertad de expresión. Repartía alabanzas y reprensiones, se erigió en la voz del pueblo, influyó en las decisiones políticas y se convirtió en el vehículo de nuevas ideas” (La Poésie du Moyen Age [La poesía de la Edad Media]). Divulgadores de las noticias de su época Puede decirse con razón que mucho antes de la invención de la prensa escrita, los trovadores y otros juglares vagabundos fueron quienes divulgaron las noticias de su época.
Los juglares medievales viajaban por todo el mundo. Reunían noticias e intercambiaban historias, melodías y canciones por todas las cortes de Europa, desde Chipre hasta Escocia y desde Portugal hasta Europa oriental, por cualquier lugar adonde iban. El pueblo aprendía las pegadizas melodías de las canciones de los trovadores, que con rapidez se propagaban oralmente de un juglar a otro, y de ese modo influían mucho en la opinión pública y unían al pueblo a favor de una causa u otra. Una de las muchas composiciones poéticas de los trovadores se llama serventesio, literalmente “canción del siervo”. Algunos exponían la injusticia de los gobernantes, otros celebraban acciones valerosas, abnegadas, generosas y misericordiosas, a la vez que criticaban la crueldad y la brutalidad, la cobardía, la hipocresía y el egoísmo.
Los serventesios de principios del siglo XIII permiten a los historiadores asomarse al clima político y religioso de Languedoc en un tiempo de gran agitación. Crítica de la Iglesia El fracaso de las cruzadas resultó en que muchas personas comenzaran a poner en duda la autoridad temporal y espiritual de la Iglesia Católica. El clero decía representar a Cristo, pero sus acciones distaban mucho de ser cristianas. Su hipocresía, avaricia y corrupción se hicieron de conocimiento público. Deseosos siempre de más riquezas y poder político, los obispos y sacerdotes de la Iglesia prestaban sus servicios a los ricos. El abandono de las necesidades espirituales de los pobres y la clase media provocó inevitablemente la disidencia. En Languedoc, muchos burgueses y nobles eran personas instruidas.
El historiador H. R. Trevor-Roper hizo la observación de que un laicado más cultivado estaba descubriendo que la Iglesia del siglo XII “era muy distinta de los modelos antiguos que afirmaba imitar”. Añade que muchos hombres empezaron a pensar: “Cuánto más diferente aún [...] fue la Iglesia no oficial anterior a Constantino, la Iglesia de los apóstoles, [...] de las persecuciones: una Iglesia sin papa ni obispos feudales ni ricas donaciones ni doctrinas paganas ni nuevos artículos concebidos para aumentar su riqueza y poder”. Languedoc era una región en la que imperaba la tolerancia. Los condes de Toulouse y otros gobernantes del sur permitían a la población libertad religiosa. Los valdenses habían traducido la Biblia a la lengua de oc y la predicaban con fervor de dos en dos por toda la región. Los cátaros (también llamados albigenses) igualmente diseminaban su doctrina, y hacían numerosos conversos entre la nobleza.
Muchos de los serventesios compuestos por los trovadores reflejaban lo decepcionado que estaba el pueblo con el clero católico, y la falta de respeto y la aversión que sentía por él. Un serventesio de Gui de Cavaillon condena al clero por haber “abandonado su vocación principal” para dedicarse a intereses más mundanos. Las poesías de los trovadores ridiculizaban el fuego del infierno, la cruz, la confesión y el “agua bendita”. Se mofaban de las indulgencias y las reliquias, y satirizaban a los sacerdotes inmorales y a los obispos corruptos por ser “traidores, embusteros e hipócritas”. La lucha de la Iglesia contra la libertad La Iglesia Romana, sin embargo, se consideraba por encima de todo imperio y reino. La guerra se convirtió en su herramienta de poder. El papa Inocencio III prometió las riquezas de los habitantes de Languedoc al ejército que subyugara a los príncipes y aplastara toda disidencia en los dominios del sur de Francia. Como consecuencia, sobrevino uno de los períodos de tortura y asesinato más sangrientos de la historia de Francia. Se le llegó a conocer como la cruzada contra los albigenses (1209-1229).
Los trovadores la llamaron la falsa cruzada. Sus canciones expresaron la ira por el cruel trato que la Iglesia dispensó a los disidentes y por que el Papa ofreciera las mismas indulgencias por matar a los disidentes franceses que por matar a los musulmanes, considerados infieles. La Iglesia se enriqueció enormemente durante la cruzada contra los albigenses y con la posterior Inquisición. Se despojó a las familias de sus posesiones y se les confiscaron sus tierras y sus hogares. Acusados de ser herejes cátaros, la mayoría de los trovadores huyeron a tierras menos hostiles. Esta cruzada supuso el fin de la civilización occitana, su modo de vida y su poesía. Una ley de la Inquisición declaró ilegal cantar y hasta tararear las canciones trovadorescas. Pero su legado pervivió. De hecho, sus canciones anticlericales prepararon el clima para lo que llegaría a ser la Reforma. Desde luego, las canciones de amor no son lo único por lo que recordar a los trovadores.






“La epidemia de los medios”

Por Helios Mondragón

La epidemia de los medios es el nombre del foro llevado a cabo en la UAM Xochimilco el pasado 30 de junio del 2009, en la que se analizó el papel que juegan los medios de comunicación en acontecimientos de gran impacto en la sociedad.

La aparición de virus de la influenza, vino a someter no sólo a los ciudadanos, cualquiera que fuera su condición social, si no también al aparato de Estado, particularmente a sus esquemas de salud pública, al sistema económico y de manera sobresaliente; a la lógica de la política editorial de los diferentes medios de comunicación incluyendo a los medios periodísticos.

Lo cierto, es que el aparato mediático nacional y en buena medida el que ofrece cobertura internacional, de alguna forma está acostumbrada a enfrentar emergencias informativas, las cuales ponen de manifiesto los intereses de las empresas y consorcios y asimismo de sus propietarios.

La actitud de los medios en eventos de gran trascendencia, puede tener su origen en los acontecimientos de 1968 donde hubo coberturas tanto o más polémicas como de la que fuimos testigos por la epidemia de hace poco más de dos meses surgió en nuestro territorio.

La epidemia de los medios ha estado presente por muchos años en el acontecer del país y se ha acentuado gracias al influjo de al menos dos factores como son: el desarrollo de la tecnología y el negocio y poder que representan los medios. La epidemia de los medios tiene elementos que la distinguen de otras epidemias como la de la del proceso electoral del 2006, las inundaciones de Tabasco o la del “catarrito” que se ha convertido en “pulmonía”.

Los medios de comunicación han tenido un papel sustancial en la interpretación pero también en la acción respecto a los fenómenos sociales que hemos vivido. Los medios de comunicación no son sólo ventanas que expresan información de instituciones públicas sino que también son interpretes y en un mayor sentido; actores que participa en los fenómenos.

Javier Solórzano en “La epidemia de los medios”

Entre los participantes dentro de este Foro, se contó con la presencia de Javier Solórzano, ex profesor de la UAM Xochimilco y actual académico de la UNAM, además de contar con una trayectoria notable en los medios de comunicación

Javier Solórzano manifestó que uno de los más grandes problemas en materia de comunicación en este sexenio, ha sido el de no saber diagnosticar lo que pasa. Como ejemplo citó el mal diagnóstico sobre el narcotráfico, por que se fue encima del narcotráfico y ahora no se sabe como acabar con el problema, es una complicación enorme, por que nunca como ahora nos habíamos dado cuenta de lo perneado que está el tema del narcotráfico en la sociedad, a tal grado que; mientras el narcotráfico avance, iremos conociendo más cosas, algunas de ellas insospechadas, inéditas e inesperadas.

Solórzano también habló acerca del mal diagnóstico que se hizo frente a la crisis económica, sobre la que se dijo que sólo sería un “catarrito” para México. Eso era importante no manifestarlo así, por que en la medida en que es enfocado el problema, en esa misma medida irá la solución; si el problema lo hacemos pequeño, la solución tendrá que ser pequeña, si el problema lo vemos grande, tendremos que meter otros instrumentos para enfrentarlo. Al decir que la crisis sólo sería un catarrito, minimizó las consecuencias de una situación verdaderamente brutal en la economía. Aún así, todavía a la fecha el gobierno mexicano está tratando de enfocarlo de otra manera en el aspecto verbal diciendo que la economía de México está estable y en crecimiento.

Cuando comenzábamos a resentir las consecuencias de la crisis, sobrevino la influenza, donde de nuevo hubo diagnósticos desiguales por que no se sabía si era una influenza porcina, si era parte de un complot, no se sabía si era verdad o no. La difícil situación en la cuál se dio la contingencia sanitaria, se presto a un ambiente de incredulidad por que los informes emitidos hacia la población estaban muy confusos y no eran detallados. En un principio al virus se le puso la etiqueta de “influenza porcina”, quizás recordaremos que este termino afectó de manera notable a la industria porcina de nuestro país a tal grado que la exportación de este producto bajó considerablemente durante la contingencia. Tiempo después se aclaró que se transmitía de ser humano a ser humano, pero por lo pronto, muchas personas extremaron medidas por los informes confusos.

Asimismo, otro de ejemplo de mal diagnóstico al que se refirió Javier Solórzano, fue el del incendio en la guardería en Sonora como muestra de la cultura de simulación en México. Dentro de esta simulación las autoridades afirmaron que todas las guarderías están en regla y muy buen estado. Fue una situación que desencadenó un pleito entre los diferentes partidos ya que venían en puerta las elecciones del 5 de Julio y en lugar de ocuparse en solucionar el problema, primero se ocuparon en sus intereses y en mantenerse distanciados para mantener su imagen.

Con todo esto, Solórzano nos hizo saber que el entorno de muchas cosas que se están viviendo, no están teniendo un diagnóstico preciso de las instancias de gobierno y si a eso se le agrega la incredulidad y que únicamente se presenten datos inéditos de alguna situación, es muy difícil poder definir. Esto lo pudimos observar claramente durante la contingencia sanitaria ya que en u principio no se explicó a la gente lo que era el “virus porcino” y se fueron mas por datos inéditos que no definían con claridad la situación por la que se atravesaba.

Recalcó que es importante ver que el diagnóstico inicial sobre la influenza, generó torpezas e incertidumbre, no sólo en el propio gobierno y en los ciudadanos, si no también en los propios medios de comunicación. Pero es claro que a partir de esto, hubo una gran enseñanza que fue la de formar estudiantes y profesionales capaces de enfrentar situaciones de esta naturaleza. No se puede ser tan ingenuo ni tan candido ante una situación o circunstancia de esta naturaleza, se tiene que enfrentar y tener los suficientes elementos para saber comunicarlo.

Solórzano concluyó su participación manifestando que es muy complicado que en una sociedad como la nuestra, se diluyan las interpretaciones y las especulaciones políticas, es muy difícil, un ejemplo claro es lo que pasó en Sonora, no importa quien haya llevado la ventaja en la contienda electoral, el hecho de que hubo elecciones el 5 de Julio y que se hayan muerto mas de 45 niños, fue un factor determinante. De igual forma cuando se dio lo del virus de influenza, en ese tiempo acontecían muchas cosas en el país, apenes iban arrancar las campañas y la especulación política fue inevitable.

Periodísticamente ya no se vale hoy en día, meterse a la cama, soñar y escribir lo que uno sueña, por que eso es lo que está deteriorando el panorama junto con los malos diagnósticos que hace el gobierno

¿El fin del modelo neoliberal?


Por Helios Mondragón
Javier barajas “El Fisgón” argumenta que la crisis económica por la cual atravesamos es una de las más severas, incluso más que la crisis de 1929. Era lógico que al caer la economía de los Estados Unidos, las economías dependientes de ésta, también entrarían en conflicto. Según los expertos toda esta situación era completamente predecible, solamente que la cultura neoliberal se sustenta en actitudes pasivas y de especulación.

En Septiembre de 2008, el sistema financiero de EU quebró, arrastrando a la quiebra a todos los sistemas financieros del planeta. Fue entonces que se anunció la recesión, el estancamiento, la parálisis económica lo que deriva en la crisis del modelo neoliberal.

Barajas expresó que ante esta situación, el gobierno mexicano ha tomado una actitud pasiva y argumenta que la economía mexicana se encuentra fuerte y sólida. Como sabemos, el secretario de hacienda Agustín Carstens, tuvo el atrevimiento de asegurar que la crisis en México sólo sería un “catarrito”. Es claro que no pudieron tapar el sol con un dedo por que los efectos de la crisis se han dejado sentir y todos podemos constatar que el panorama no es nada alentador.

Algunos de los efectos de la crisis son: la devaluación del peso en un 40% frente al dólar, la disminución de remesas de EU a México, la inflación de un 6.18%, el desplome en los precios del petróleo (de 130 dólares bajo a menos de 40), el desempleo como consecuencia del recorte de trabajadores, jornadas y salarios por parte de las transnacionales como Pepsico, que recortará 2mil 200 empleos, Chrysler cinco mil además de que se prevén despidos masivos en las maquiladoras y en 2009 se crearán aún menos empleos.

Al introducir el modelo neoliberal en México, se descuidaron los sectores meramente productivos en el país por lo que los esfuerzos se enfocaron más en la producción para las empresas extranjeras que para la industria nacional. A estas alturas y tras 26 años con el modelo neoliberal, el campo mexicano, la industria nacional y el mercado interno están destrozados; el desempleo está en su nivel más alto y según los pronósticos, falta lo peor; no habrá crecimiento ni recuperación económica en menos de dos años como lo estipula el gobierno mexicano.

Si algo es seguro, es que el modelo neoliberal únicamente ha favorecido en proteger la economía de los empresarios transnacionales y no se han tomado medidas para proteger la economía de las mayorías, la economía de muchos mexicanos que hoy atraviesan por una situación crítica de pobreza y falta de recursos, violencia y desempleo.

Javier Barajas expresa que es necesario adoptar un nuevo modelo económico que permita el progreso de los mexicanos y que permita reactivar sectores como el campo y la industria nacional para no tener que importar productos de primera necesidad a así no depender tanto de la industria transnacional. Entre otras medidas también esta el aumentar el salario mínimo en un 12% (para recuperar lo perdido desde noviembre de 2006 y 8% para enfrentar la inflación estimada para 2009), bajar el precio de gasolinas, diesel, gas y luz ya que los aumentos en estos energéticos han provocado más inflación y carestía. También urge extender los apoyos al desarrollo social. Hoy más que nunca, debe haber pensiones alimentarias, becas a adultos mayores, madres solteras, servicios de salud para todos.

Asimismo, “El fisgón” finalizó su ponencia comentando que estas medidas mas que posibles, son necesarias. No podemos permitir que, ante la crisis, se proteja sólo a los ricos y se deje indefensos a la mayoría de los mexicanos. Con estas medidas se puede enfrentar el empobrecimiento y evitar que siga creciendo la violencia en nuestro país.

lunes, 6 de julio de 2009

HAGGARD, EL REGRESO DE UN GRANDE






Por Helios H. Mondragón.

Tras casi cuatro años de no pisar suelo mexicano, el grupo alemán Haggard se presentó con gran éxito en el Circo Volador como parte de la gira “Tales of Ithiria tour” en el que promocionan su más reciente álbum “Tales of Itniria”, disco que retrasó su lanzamiento más de dos años.

En uno de los eventos más esperados por los seguidores del Death y Trash metal, desde el medio día del 3 de julio, decenas de espectadores comenzaron a arribar al recinto ubicado sobre calzada de la viga a la altura de la estación del metro que comparte el mismo nombre. La entrada fue de carácter general, por lo que hubo quienes comenzaron a formarse desde las 15:00 hrs. con el fin de posicionarse en un buen lugar. En los alrededores se instalaron puestos con souvenirs de diferentes tipos: plumas, cigarreras, llaveros, gorras, playeras, chamarras, sudaderas, tarros cerveceros, etc. Todo con el logotipo y fotografías de la banda alemana.

Durante la espera muchos se tomaron tiempo para socializar en la fila y conocer nuevas amistades, otros se paseaban alrededor de los puestos para adquirir un recuerdo del evento. Quizá algo tan insignificante como un llaverito, en ese momento se convertía en un objeto sagrado para los fans por el simple hecho de ser alusivo al evento. En la taquilla resaltaba un letrero en el que se leía “Haggard, boletos agotados”. Todos los asistentes vestían con ropa oscura, algunos chavos se esmeraron en lucir su mejor atuendo gótico de gala y otros vestían con ropa más simple pero conservando una imagen y una actitud metalera. Había chicas que lucían vestidos góticos y corsets que resaltaban su belleza para deleite de los caballeros agregando también botas largas de plataforma.

Fue así que cerca de las 7 de la tarde, bajo un cielo nublado y amenazante, se abrieron las puertas para recibir a toda la banda que esperaba ansiosa fuera del auditorio y cuya fila ya lucía kilométrica a esa hora. Alrededor de las 8:30 p.m., hora en la que se programó el comienzo del concierto, el auditorio lucía con un lleno total, 2500 personas aproximadamente. Daba la impresión que el escenario estaba rodeado por una gran sombra viviente. La emoción se desbordaba por ver aparecer a los integrantes de la banda bajo el grito enérgico ¡Haggard…!, ¡Haggard…!, ¡Haggard…!.

Por fin, poco después de las 21:00 hrs., una melodía medieval anunciaba el comienzo de la tocada y fueron apareciendo, en este orden, el conjunto de cuerdas (violines y chelos), las percusiones (tambores y tamboras), dos sopranos (muy hermosas, por cierto) y por último... los músicos titulares, Claudio (guitarra eléctrica), Luz Marsen (batería), Robin Fisher (bajo). El público estalló en ovación al ver aparecer al líder, guitarrista y vocalista de la agrupación: Asis Nasseri, quien se dirigió a su público saludando y hablando con un español fluido y claro.

El escenario por fin estaba completo, en total 12 músicos, la pasión se desbordaba al escuchar las primeras notas de “tales of Ithiria”, canción con la que abrieron el evento. La emoción parecía no caber en el público, que a pesar de la diferencia de idioma, se dieron a la tarea de corear las canciones por lo menos washa washeando fonéticamente entre gritos y saltos.

Asis Nasseri, con largo y rizado cabello, vestido con ropa negra y portando su distinguida guitarra estilo metalera, demostró un dominio total en el escenario y una impresionante calidad vocal e interpretativa.

El concierto trascurrió de forma muy emotiva con un paseo por sus éxitos como fueron: “the observer”, “geaventy danation”, “the final victory”, “Prophecy fullfilled”, “The Sleeping child”, “Upon fallen autum leafs”, “Per Aspera Astra”, “Eppur si muove”, “origin of a cristal soul”, entre muchas otras canciones. Uno de los momentos más emotivos fue cuando en la parte final del concierto interpretaron el Himno Nacional de México como muestra de aprecio al público mexicano (el mejor público del mundo, según lo manifestó Asis Nasseri). Sin duda ese será un momento que quedará grabado en la memoria de quienes lo presenciamos. Para concluir, tocaron las últimas dos canciones: “in a pale moon`s shadow” y “awaking the centuries” que quizá fueron las más coreadas y ovacionadas de todo el repertorio. Asis prometió que regresarían muy pronto a México para dar una firma de autógrafos a los fans, y de verdad, esperémos que así sea.
En verdad fue un concierto con el que muchos quedaron satisfechos, Haggard demostró una vez más que sigue siendo uno de los íconos más notables en del “trash metal” cuando muchos consideraban que estaba decayendo. La despedida fue larga y a pesar de que el público se deshacía en gritos pidiendo otra canción, tuvieron que resignarse, pues era claro que se había terminado de forma definitiva, habrá que esperar la próxima vez que regresen. Una vez que los músicos abandonaron el templete nada mas se escuchaban los comentarios de la gente exclamando “¡No mames… estuvo chingón, de poca madre wey…!”

La jornada electoral

Por Helios Mondragón

Son las 8:00 a.m., el paisaje muestra un cielo despejado haciendo ver una mañana clara. Por fin ha llegado el tan mencionado 5 de julio del 2009, por fin ha llegado el día que alberga una de las jornadas más importantes en la vida democrática de México; por fin… son las elecciones.

Al asomarme a la calle me doy cuenta que hay una casilla instalada en la casa de enfrente, ¡que bueno…! exclamo con el pensamiento, así podré observar constantemente cómo se desarrolla la jornada electoral. Por curiosidad y vestido aún con mis fachas, me acerco a la entrada de la casa y parece ser que todo está listo para comenzar a recibir a los votantes. Las mesas de los funcionarios se encuentran colocadas en las orillas del patio de la vivienda, una del lado oriente y otra del lado sur; en el centro están colocadas las mamparas; testigos mudos que tienen como misión salvaguardar la integridad del voto libre y secreto. Todo está listo pero parece ser aún muy temprano, no ha llegado nadie para ejercer su derecho puesto que las urnas dejan ver su vacío a través de la ventanilla de celofán transparente. Ante este ambiente desolado, decido meterme a la cocina de mi casa para poner café.

El día parece transcurrir con normalidad, enciendo la tele y veo los segmentos informativos que muestran otras casillas en la misma situación y no es para menos… a parte de los voluntarios en las casillas ¿quién se levanta temprano los domingos, aun si es para votar?, sinceramente no lo veo como un acto de irresponsabilidad, mas bien nadie se ha precipitado puesto que la jornada termina hasta las 6 de la tarde. Así que falta mucho y tiempo hay de sobra para un proceso que se lleva no más de 10 minutos.

Me acerco a la ventana de mi cuarto, ahí también tengo una buena visión. Son casi las 8:35, repentinamente alguien llega, parece ser el primer votante, pero no… debe ser un familiar de alguno de los funcionarios puesto que, sólo ha ido para llevar el desayuno a uno de ellos. Al tiempo que le doy un sorbo a la taza de café, veo que comienza a llegar gente a la vivienda donde está la casilla, llegan a cuenta gotas, poco a poco, pero de un instante a otro lo que lucía como una casilla desierta ahora muestra señales de la actividad característica en una jornada de este tipo.

Cerca de las 10:00 a.m. me dispongo a acercarme de nuevo para curiosear. Ya veo más gente, la mayoría con gesto inexpresivo, hay personas arregladas en cuestión de vestimenta y otros que no se ocuparon en despojarse de la comodidad de su atuendo dominguero. Uno a uno van pasando cumpliendo al pie de la letra con el procedimiento, el votante entrega su credencial para ser buscado en la lista del padrón electoral, una vez encontrado, se le entrega la papeleta para marcar la opción del partido de su preferencia dentro de la casilla y finalmente introducirlo en la urna correspondiente.

Hay algunas personas que tardan un poco dentro de la casilla, tal vez aún están indecisos por qué partido votar y se toman su tiempo para meditarlo bien, ante esto, nadie se muestra molesto, total, hay casillas suficientes y en disposición . No falta el despistado al que no le corresponde esa sección y un funcionario lo instruye para dirigirlo hacia su sección correspondiente.

Ahora me toca a mí, son las 12:15 y me dispongo a salir de casa para ejercer mi derecho, la casilla a la que he estado observando no es la que me corresponde, la casilla correspondiente a mi sección se encuentra a cuarenta metros. Al llegar, me percato que luce similar a la que está enfrente de mi casa; con las mesas a las orillas del patio y las mamparas en el centro, sólo que ésta tiene más gente. Me dirijo a uno de los funcionarios para entregar mi credencial, él me busca, me encuentra y me proporciona la papeleta correspondiente; me dirijo hacia la mampara para ocultar mi tendencia, una vez que he rayado con el marcador la papeleta, me dispongo a doblarla para depositarla en la urna.

Al salir de la mampara me tomo tiempo para observar a la gente, busco con la mirada a algún conocido para saludarlo y pedirle que me platique de su experiencia en la jornada electoral. Es inútil, no conozco a nadie, uno de los funcionarios tiene la impresión de que estoy desubicado y me señala las urnas indicándome que es hora de depositar en ella la papeleta doblada. Ya decido no perder más tiempo y me dirijo a la urna, meto la papeleta de forma decidida y finalmente recojo mi credencial, no sin antes permitirle mi pulgar al funcionario para que me lo marque como medida para no repetir.

Siento que he cumplido con un deber y satisfecho me dirijo a mi casa de nueva cuenta. Enciendo la tele y no encuentro ningún canal que esté informando sobre el desarrollo de la jornada, tal vez al igual que yo se tomarán un tiempo para retomar esa observación.

Así transcurren las horas, con actividades cotidianas del domingo; lavo mi ropa, hago mis quehaceres, veo la tele. Cerca de las 6:00 p.m. comienzan a haber informes sobre las elecciones. Al fin, miro el corte informativo con interés, con decepción veo que no dicen alguna novedad, sólo que la jornada ha transcurrido en forma tranquila y que hasta ahora sólo ha habido un enfrentamiento en Ecatepec, Estado de México.

No se precipitan para mencionar quién lleva la delantera en la contienda electoral, todavía es muy pronto para adelantarse a dar tan importante nota; eso lo sabremos con certeza; quizá la noche de mañana, lunes, o en el noticiero matutino del martes.

Al anochecer ya no tengo interés en saber más sobre la jornada electoral, antes de dormirme escucho comentar a mi hermano: “fíjate que perdió Ana Guevara”… intrigado yo le pregunto: “¿a poco compitió en otra prueba de 400 m.? A lo que él me contesta con gesto burlón: “no, perdió en la contienda de ser delegada de la Miguel Hidalgo, parece ser que le ganó Sodi”.

Crónica del diario

Por Helios H. Mondragón Escalona.

Llueva, nieva o relampaguee, en punto de las 4:30 de la mañana este personaje se dispone a dejar la comodidad de sus cama para comenzar su jornada diaria como vendedor de diarios. Su trabajo es importante, pues es el heraldo que tiene como misión llevar las noticias y mantener al tanto de lo que sucede igual en Xochimilco que en Paris o Japón.

Después de desayunar emprende el camino desde su modesta vivienda en la colonia Nativitas en Xochimilco, hasta su punto de venta en calzada del Hueso y Cafetales en la delegación Coyoacán.

Ismael es su nombre, y a diario permanece en este punto paseándose entre las hileras de automóviles que esperan durante la luz roja. Así ve a los automóviles pasar como el cause de un ruidoso río de colores metálicos. Tal vez nunca había observado un trabajo de tanta altura, pues Ismael se codea con personas de todo tipo, desde altos ejecutivos hasta modestos estudiantes universitarios interesados en el periodismo. Así es, las noticias interesan a todos.

Mientras camina entre los surcos que hay entre coche y coche, Ismael va ofreciendo ejemplares al tiempo que grita “¡Metro, Reforma, Gráfico…!”, en momentos repentinos vende un ejemplar y en momentos repentinos come una torta de tamal a mordidas pausadas puesto que continuamente es interrumpido por el grito inesperado de un lector diciendo “¡hey…!, ¿me das un Metro, por favor?.

En los continuos ratos de espera por la luz verde, Ismael hojea las páginas de los diarios, quizá le interesan los deportes, quizá le gustan los espectáculos, tal vez goza de la sección cultural, tal vez esté buscando un nuevo trabajo o simplemente quiere averiguar como va la bolsa en la sección de finanzas. La verdad no lo sé, es difícil de imaginar lo que le gusta leer a un vendedor de periódicos.

Ya son las 10:00 a.m., me es incómodo interrumpir a alguien cuando lee pero tengo que apurarme para llegar a mi clase de periodismo, me acerco al vendedor advirtiéndolo de mi presencia, afortunadamente el voltea y me mira diciéndome: ¡lleve el periódico Metro, Reforma, Gráfico… joven!. Ismael se muestra amable por lo que le contesto: Dame el Metro, por favor; son siete varos, joven; me contesta y le pago con moneda fraccionaria.

El semáforo sigue en verde, los coches continúan su camino, parece ser que tengo tiempo para hacerle unas preguntas, así que abusando de su amabilidad me dispongo a preguntarle:

¿Cuánto tiempo llevas vendiendo periódicos?
- cuatro años, responde de forma ágil.
¿Cuál es tu horario?
- De las 8 a las 11:00 a.m. aunque depende, a veces si todavía me quedan ejemplares me quedo otro rato, pero por lo general no es mucho tiempo el que me quedo.
¿Qué periódico se te vende más?
- El metro y el gráfico, tal vez por que son más baratos (agrega)
¿Cuál es el periódico que más se te queda?
- La verdad ninguno, a estas alturas yo ya tengo medido qué ejemplares y cuántos pedir, precisamente para evitar que se me queden muchos. Yo llegó aquí a las seis de la mañana con el distribuidor que me surte los ejemplares.

Parece que Ismael no se siente molesto al interrumpirlo en su trabajo, hasta parece ser que disfruta de esta minientrevista. El semáforo marca rojo, los autos comienzan a detenerse, Ismael tiene que realizar su rondín entre los coches, yo también tengo que apresurarme para llegar a la escuela.

Sabiendo que quizás tiene muchas historias que contar, únicamente me limito a preguntarle: en tus cuatro años como vendedor ¿Cuál ha sido la noticia que más ejemplares ha vendido?

Con gesto reflexivo él me contesta: pues… el escándalo de “Fabiruchis” y la noticia de ayer en la que mataron a dos luchadores (seguro se refería a la parquita y a espectrito), fíjate que ni la muerte de Michael Jackson vendió tanto como esas dos noticias, por lo menos en este punto.

Ya es hora de irme, son las 10:13 y tengo que entregar mi nota a las 11:00, sin más ni más me despido de Ismael agradeciéndole su tiempo.
Ismael me contesta como le contesta a cualquier otro cliente: ¡De nada, que tenga buen día joven…!